Una crema facial contra la tiranía de la belleza

En el mes de febrero he participado en esta performance para Art Madrid 2016 de la artista visual Yolanda Domínguez. La idea era intentar revertir los mensajes negativos que la publicidad cosmética utiliza para convencernos de lo que necesitamos, generalmente atacando a nuestros puntos más débiles o inventándoselos.

«Las mujeres solemos hacer observaciones muy negativas sobre nuestro cuerpo y esto es algo que no surge de manera natural, sino que hemos aprendido», explica Yolanda Domínguez  a Yorokobu.

«Una de las causas proviene de la industria de la belleza, que nos repite constantemente que nuestro cuerpo natural está mal y lo tenemos que modificar. Escuchamos tantas veces este mensaje a través de imágenes y eslóganes que llegamos a interiorizarlo. Cuando te miras al espejo ya te desprecias de manera automática porque no te pareces a ese referente irreal que han construido para venderte un producto. Nuestro cuerpo se ha convertido en algo que nos avergüenza y nos frustra cuando debería ser todo lo contrario: una fuente de placer y de satisfacción».

La experiencia de esa mañana tratando de compensar todas esas inseguridades que tienen sobre todo las mujeres ha sido una de las experiencias más satisfactorias de mi trabajo. Así si que da gusto actuar. He aquí la prueba.